Transiciones
Laberintos del alma III by Alberto Pancorbo
Me oculto en rincones escasos, espacios de amores fugaces y furtivos de otros, para tomarme de a sorbos la tristeza que invita a degustarse desde hace días. Me oculto de mí, de tí, de los demás que extrañados ven mis sobras cabizbajas y meditabundas andar errantes en búsqueda de la luz que hubo en mí.
Me escondo para no agobiar con la melancolía que acompaña mis pasos, gestos, miradas, cavilante sombra de mi ser que ronda en los laberínticos pasillos acostumbrados buscando ese brillo que sólo nace desde dentro.
Me opaco en recuerdos pasados, presentes y futuros que, como el barro de torrenciales lluvias de la ventana del alma, no me permiten ver las bellezas sencillas y cotidianas, el alimento de mi ánima convulsionante y convulsionada de amor.
Me desconozco, aunque los destellos de luz que se escapan de esta inmensa nostalgia sentida adentro me pautan el camino del reencuentro conmigo a través de los amigos, que avivan las llamas de mi alegría prestas a apagarse.
Me vislumbro en una estrella fugaz ralentizada en el roce de tus dedos y los míos en el marco de una puerta, en una camisa salvándome del olvido, en unas preguntas con respuestas absurdas para esquivar lo obvio, en la calidez de tu sonrisa revistiendo tu adiós de amarillo.