No pasa nada, pasa algo, pasa todo
Paradojas de significados y deseos sin cuerpo de expresión pero que se traslucen, quizás, se velan detrás de un "no pasa nada"cuando en realidad pasa todo.
Cuando tus ojos quieren llenarse de mí, cuando el mirarme sería tu perdición, cuando podría leerme en esos bellos días-ojos nublados y algo llovidos, esos momentos se traducen en tus miradas de reojo, hurtándome, hurtándote la posibilidad del encuentro.
Cuando tus manos quieren encontrarse en mí, cuando tu pierna busca el roce con la mía, cuando como imanes nuestros cuerpos se arriman, se atraen, se buscan, esos momentos no se encuentran teniéndonos uno frente al otro, uno al lado del otro quitándonos la opción de hallar ese lugar en el mundo, que sé que tengo y que sé que tienes, en el hueco que deja el hombro con el cuello.
Cuando tu boca se siente tan solitaria como la mía, cuando te muerdes conteniendo lo incontenible pero reprimido al fin, cuando me mirás y te miro la boca queriendo ser el aire que los roza, cuando la proximidad de mis labios a tus oídos te da, y me da vértigo, esos momentos secuestran ocasiones para gastarnos los labios por la distancia de lo no dicho, de lo no hecho pero tan anhelado.
Cuando no pasa nada, pasa algo, pasa todo...
Sólo quisiera que, por esta vez, esos momentos hurtados, quitados y secuestrados se encuentren conmigo y contigo...
Y que se queden un rato, sólo para leerme y leerte en tus ojos mientras buscamos ese lugar en el mundo de tu/mi cuello y nos dejamos llevar por el vértigo...
Para ver si en realidad, no pasa nada.